lunes, 6 de octubre de 2008

Huracán

250hurricane032Odio, es lo que al sentarme tengo, decepción es lo que al espejo al mirar solo encuentro, mi imagen no es nada de lo que debía ser, o por lo menos lo que quería tener, recuerdos de intentos llegan de la nada, pero recordar lograr tener algo hecho nunca llega a mí, que puedo conocer de mi para ofrecer paz, muchos viajan para estar solo y lograr alcanzar su paz interior, pero que hay de aquellos que se la pasan lo suficientemente solo para no tener la necesidad de encontrar el resultado de un juego de la mente. Mi mente es letal para lo que quiero llegar a hacer, el único problema es que desde hace tiempo mi camino ha desaparecido, olvido muy de seguido donde me encuentro parado, pero cuando lo recuerdo desearía no hacerlo, ya que nunca estoy donde debería y pareciera que ya nunca podría en mi camino volver a estar, es como navegar en aguas profundas aunque tengas en mente a donde llegar todo termina convirtiéndose en un huracán. Es mi mente o es mi entorno, cual tiene la mayor facilidad para conmigo jugar, es mi mente o es mi entorno los que me hacen desviar de mi camino de paz, o por qué pensar, no es mi mente no es mi entorno solo yo como entidad física el que no puede encontrar paz. Quizás el problema es buscar, pero tantas variables que mi mente no sabe en que enfocar. Caminar y no encontrar, buscar y no moverse, motivaciones para continuar quizás es un factor en la ecuación de mi vida, frustración llenada por el odio producto de la decepción de no encontrar lo que debo, muerto en vida desde hace tiempo es una manera de explicar cómo me siento al no poder entender porque en la línea siempre espero, transportado a donde mi mente se divierta es como dos seres distintos, ¿Por qué mi otro yo no quiere lo que yo quiero? Quizás todo se resume a miedo, la vida sigue siendo como el mar traicionero, los caminos de la felicidad son un verdadero compromiso en el cual al dar todo de mí, siempre termino en una zanja medio muerto que ironía todo por nada, o es acaso ese mi valor? Pensar en ello me trae dolor, pero quizás lo más irónico de caer y caer, de dolor y más dolor, es que tengo esperanza que uno de esos días, mi camino pueda encontrar…