Negro, verde y naranja, porque negras son las noches en las cuales aprendo a descansar mi mente tras deformarla por el día a día que más que una bendición es una forma de aprender a caer y levantarte, son aquellos sentimientos que pertenecen y hacen que distorsión la realidad absoluta o parcial de los hechos que en muchos casos son ajenos pero siempre nos involucran de una manera u otra, pudiendo hacer de nuestras vidas un lugar solitario es parte de un lugar compartido donde los sueños propios no son suficientes y el deseo de pertenecer a algún sueño ajeno se intensifica. Sintiendo que la vida es un ciclo y que la muerte es un final parcial de la realidad, se retira a lo verde, donde la tranquilidad reina y un individuo es más que una sola persona, es por ello que es el lugar idónea para compartir y comparar los detalles que únicos nos hacen aunque algunas veces eso signifique retornar y analizar aquellos momentos, actos y reacciones que nos han marcado y que en muchos casos ya no podemos distinguir cual cicatriz fue la dejada por cada uno de ellos, sabiendo esto siempre se busca el balance de lo correcto, real y lo que se desea es cuando el naranja llega a nuestras mentes y nos deja pensar que somos aquellos totalmente víctimas de los sucesos que de alguna manera nosotros mismo creamos. No podemos avanzar sin entender que es lo que somos, y si logramos dar un paso afuera del camino que nos marca es porque nuestra realidad fue alterada y solo optamos por ver una sola salida sin importar el numero N de puertas, sin importar que el destino aclama un mejor camino. Puede que este sea mejor pueda que no, al no intentar nos atascamos en algo negro, verde o naranja quizás es el todo o el nada, pero algunas veces mucho de algo es sinónimo de nuestra propia perdición.
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